CBT No 2 ING JUAN CELADA SALMON, LERMA
LA LLAVE
(RESEÑA MOTIVADORA)
POR
FABIOLA LIZETH GARCIA REYES
LECTURA, EXPRESION ORAL Y ESCRITA II
MTRO: MARTIMIANO CALZADA MEDINA
GRADO: PRIMERO
N.L: 25 GRUPO: C II
ESPECIALIDAD:
TÈCNICO EN INFORMÀTICA
CICLO ESCOLAR:
2017-2018
MIERCOLES 16 DE MARZO DE 2018
Título:
La llave
Tema central:
Los problemas
que viven los adolescentes
Propósito
del texto: Dar a conocer al lector las diversas circunstancias que viven los
adolescentes y que tanto influyen las mismas en la formación de cada individuo.
Autor:
Margarita
Lignan Camarena estudio lenguas y literatura hispánica en la UNAM. Ha trabajado
como autora, editora y consultora académica en diversas editoriales.
LA LLAVE
No pude dormir, el mundo dejo de ser ese lugar que me gustaba. Quisiera
suplicarte que no te vallas y hacerte sentir mal para que te quedes pero, no te
quiero conmigo a fuerza. Estoy despierta, metida en mi cama, quiero llorar,
patear y gritar porque no puedo creerlo; mañana que amanezca, mi mundo será
desconocido.
Aunque hubiera querido hacía ya una semana que Ferrán había terminado con
ella y lo peor, lo más frustrante era que no rompieron porque él quisiera estar
con alguien más, sino porque prefería estar solo, Maura no se lo explicaba ni
lo aceptaba. Maura era hija de una
pareja mayor que por muchos años intento tener hijos y con ayuda de la ciencia
el milagro ocurrió; así que ella se esmeraba en no defraudarlos, le costaba
trabajo decir que no y defender su propia voluntad; era romántica, de tez
apiñonada, delgada, alta, con cabello oscuro largo y rizado era hermosa pero voluble,
le gustaba leer, escribir porque eso la liberaba.
Cada bimestre la maestra Montse proponía la lectura de un libro y en las sesiones
analizaban algunos de los temas del capítulo correspondiente y sobre ese escribían:
cuentos, poesías, anécdotas, frases, canciones; la maestra sabía que motivar a,
los chicos a escribir no es tarea fácil, por lo que decidió mostrarse
entusiasmada.
Irina tenía levantada la mano para interrumpir y opinar. Hija de un matrimonio convencional fue educada
junto con Martí, su hermano, por su padre, un hombre impotente, de dura
disciplina y herméticos sentimientos: un prestigiado abogado que en sus ratos
libres se dedicaba a la cacería, actividad a la que Martí nunca fue capaz de acompañarlo.
Su madre en cambio, era una mujer silenciosa y obediente; en todos momentos
solapaba a su esposo. Así que no se sabe si era enojo o inseguridad lo que
llevaba a Irina un ay otra vez a meterse
con los demás. Isa la mejor amiga de Maura, sospechaba que Irina trataba de
aprovechar la noticia del rompimiento con Ferrán para hacer cualquier
comentario.
Irina tenía cierta rivalidad con Maura, pues también le gustaba escribir,
aunque ella había conseguido todo eso desde muy pequeña, necesitaba llamar la atención
en todo momento y obtener recompensas
verbales y académicas que le confirmaran que ella era la mejor en todo. Para su
padre Irina tenía un defecto, era mujer y eso la convertía casi en un ser invisible;
Martí era en quien esperaba ver todas sus expectativas cumplidas, pero al no conseguirlo,
la frustración que le causaron sus hijos se fue convirtiendo en rabia. A Claudio,
en cambio, la lectura le aburría y la escritura también.
Caminar por las calles representaba para Ferrán una experiencia nueva, él
las recorría con sus recién estrenados 17 años, con su sonrisa encantadora.
Creció en dos ambientes que aunque distintos tenían mucho de parecido: el de su
padre y el de su madre. Su padre un agente de ventas solitario, cuyo carisma se
había construido por chistes, canciones y anécdotas que contaba a sus clientes
para generarles confianza. Siempre quiero mucho a su hijo, a su manera: sin
darle ningún apoyo económico mama en cambio,
trabajaba en una dependencia de gobierno, con un salario fijo que le permitía
sostenerse a sí misma y a su hijo.
Los padres de Ferrán estaban separados, consideraban que en la vida puede
haber libertad, no creían en tendencias políticas ni en un dios, ni en el cielo
o en el infierno, que todo cambia y hay que adaptarse, les gustaba leer,
conversar o salir a caminar.
Ferrán creció como un "buen chico”, con las mejores notas y sin
problemas de conducta, su carácter era alegre noble, tenía fama de enamorarse y
desenamorarse como si el amor fuera un asunto de cambiar de zapatos. Su mama le
había enseñado que los límites los pone la empatízala que nos impide dañarnos a
nosotros mismos o a los otros. Ferrán se reía de su habilidad con las palabras
para convencer, como para irritar a las personas.
En la vida las personas intentamos crear modelos. Isa vivía con su abuela
Teo porque un día Martha, su mama, se enamoró, fue tan poderosa esa fuerza que
su mama dejo a su papa y a Isa porque necesitaba huir de su matrimonio para
seguir al hombre que en realidad amaba. El papa de Isa se sintió herido y en
pocos meses se unió a otra mujer que tenía sus propios hijos; Isa y Teo nunca
se lo explicaron. Isa tuvo que aceptar que la vida no siempre ocurre como dicen,
tenía compañeros, tareas, risas, pleitos...cada día del padre y de la madre, no
hallaba donde ni siquiera donde poner la vista. Se cansó de sentirse avergonzada,
había tenido que tomar responsabilidades dejando atrás su niñez que ocurrió de
manera interrumpida e incompleta.
Teo recibía una pequeña pensión que le dejo su fallecido esposo, era una mujer
mayor pero aun fuerte, conservaba impecable el tinte y los labios rojos, regordeta,
tenía miedo de que su nieta "se saliera del huacal”. Isa no tenía más que
a su abuela, tenía grabada en la memoria, que el amor es una fuerza peligrosa
que puede llevar a las personas a superar cualquier limite, pero que detrás de
ese límite, está la perdida de la razón; Martí le gustaba, se había atrevido a
aceptarlo para sí misma, le parecía un poco sencillo, simple, no peligroso como
Ferrán, que aunque era su mejor amigo, nunca andaría con alguien así, le
inspiraba mucha certeza le parecía alguien noble pero frágil Isa no quería
volver a ser lastimada ni abandonada.
Maura estaba nerviosa al parecer Ferrán entraría al taller. Cuando apareció
saludo a sus cuates, guiñando un ojo y regalando besos a las chicas; cuando se topó
con Maura, quiso abrazarla y finalmente la saludo como a una amiga. Maura
experimento esa “igualdad de trato" y entro a la biblioteca. Irina como su
lacio y negrizco cabello, tenía la piel blanca y un cuerpo delgadísimo, parecía
una muñeca de porcelana y los demás la respetaban. La maestra Montse pensaba
que las bobadas de Claudio estaban llenas de astucia e ingenio para salirse con
la suya.
Irina volteo a ver a Martí, era un chico serio. Su padre hubiera querido
que estuviera interesado en la Política
o en el Derecho, que fuera vigoroso y activo pero era extremadamente sensible y reservado;
era un año mayor que Irina. A Martí le gustaba la fotografía, desde niño fotografió
árboles, perros, grillos, campanas, puertas, labios, ojos, dientes, luz y
sombra...Alto y fuerte a diferencia de Irina.
La maestra para cerrar la clase de hoy solicito a Irina que leyera lo que escribió;
la chica se paró en el centro de la biblioteca y comenzó a leer.
Isa estuvo silenciosa al llegar a casa; el poema de Irina la había impactado,
trataba de adivinar a quien se la había escrito. Doña Teo entro al cuarto de
Isa cuando estaba boca arriba en su cama escribiendo en el celular.
-¡Mira niña como tienes este cuarto! ¿Crees que no me canso de levantar?
Suelta eso que tengo que hablar contigo. Isa, el dinero ya no me alcanza, estoy
muy desesperada.
Mientras doña Teo hablaba, Isa le acariciaba la mano con ternura y preocupación.
-Isa, necesito que trabajes.
-Hay abue... ¿Y de qué voy a trabajar?
-No sé, no sé...
Doña Teo salió de la habitación afligida pero consciente de que había dicho
lo que tenía que decir.
Esa tarde, Ferrán y Claudio se
encontraban en el parque, platicaban balanceándose en los columpios.
-Oye se me ocurrió una gran idea: en nuestro último año de escuela, me late
que vallamos todos juntos de viaje-dijo Ferrán.
-Tienes razón.
-Hay que ponernos de acuerdo con los del grupo y los convencemos.
A lo lejos vieron acercarse a Isa. Claudio se recorrió un columpio para
cederle espacio entre los dos.
-Tengo que trabajar, mi abue me dijo que ya no le alcanza y debo buscar un
empleo.
Ferrán la abrazo porque no sabía que
decirle, y con ello, la Fortaleza de Isa se resquebrajo y comenzó a llorar.
Claudio quería hacer algo, pero no sabía que.
-¿Sabes, Isa? A Claudio se le ocurrió una idea y nos gustaría saber qué
te parece-dijo Ferrán.
-¿Qué idea?
-que en lugar de la clásica fiesta de graduación hagamos un viaje a la
playa.
-Es un buena idea, lo malo es que no se si podré ir
Se despidieron; ya había anochecido y debían volver a sus casas.
Acompañaron a Isa hasta la suya y ahí un nuevo abrazo confirmo que no estaba sola.
Claudio se despidió al último y se aferró a ella, Ferrán lo noto, así que le
hizo una seña a su amigo para que ya se fueran.
Al llegar a su casa, Ferrán platico con su mama.
-Qué pena lo de Isa, hijo
-¿Que injusticia?
-La vida no es justa ni injusta, solo ocurre.
La maestra Lucero tutora del grupo, al cotejar las listas de asistencia
notó que Ferrán había faltado a algunas clases. Afortunadamente, llego la
maestra Montse.
-Buen día, maestra Lucero... ¿Qué está pasando? ¿La puedo apoyar en algo?
-¡Que este muchacho es un insolente! ¿Falto a tus clases verdad? Se nota
que a él no le hace falta la escuela, ya lo sabe todo.
La maestra Montse sujeto del brazo a Ferrán, con un gesto que decano digas nada,
yo estoy aquí y estoy contigo". Vamos a clase, Ferrán.
Ferrán era un lector ávido; cuando un libro de estaba, buscaba otro del
mismo autor hasta casi acabar con su producto; leer lo había vuelto inconforme,
sentía que había vivido a través de los personajes: pero todavía le faltaba
vivir sus propias experiencias.
Entraron a la biblioteca, todos estaban tranquilos menos Maura, que al ver
la actitud de Ferrán trataba de
aparentar que ella tampoco le pasaba nada. Al salir Ferrán se acercó a Martí y
a Claudio para invitarlos a las canchas. Isa tenía hambre y ya en el pasillo
saco un abolsa de papas, le ofreció a Maura y luego le ofreció a Irina:
-No gracias, no como de esas cosas-cerro de golpe la libreta que llevaba
para que nadie pudiera ver lo que había escrito, cruzo el patio y camino hasta
donde estaban los muchachos, se recorrió la falda hasta en medio de los muslos
para que el sol le diera en las piernas; los chicos se sintieron vistos. Al
terminar la reta, Irina bajo hacia ellos con la falda aun doblada; los
muchachos nos supieron que hacer y guardaron silencio, en la mirada de su
hermano había desaprobación. Irina en su casa era callada, recatada y obediente,
pero le urgía encontrar un boleto de salida de ese mundo porque su verdadera
esencia era curiosa, apasionada y a su espíritu le iban surgiendo alas. Ella se
había enamorado y aquel intenso amor que sentía se notaba en su escritura.
Cuando a Ferrán se le acumulaban ideas nuevas le hacían un desorden;
buscaba a Don Glas palabras de ese hambre tenían sentido y eso le ayudaba a
ordenar su mente y su corazón. Así que Ferrán fue a ver a Don G conto a detalle
como iban los pormenores del viaje, también le conto de los problemas que
estaban enfrentado Isa y su abuela. Don G lo escuchaba mientras arreglaba su
taxi.
¾
¡Joven Meléndez!, venga para acá.
¾
Usted ha estado incumpliendo.
¾
Más o menos maestra, tuve algunos problemas.
¾
¿Qué tipos de problema puede tener un joven
como usted?
¾
Ninguno en realidad maestra, soy un haragán
es lo que pasa.
¾
¡Mire nada más! Es usted un grosero y
descarado; le voy a poner un reporte.
¾
Como usted juste.
Afortunadamente,
llego la maestra Montse, conocía tanto a Ferrán como a Lucero, así que no dudo
en acercarse.
¾
Buenos días, maestra lucero, ¿Qué está
pasando?
¾
¡que este muchacho es un insolente! ¿falto a
clase?, se nota que no le hace falta la escuela, ya lo sabe todo.
¾
Está bien maestra, yo me encargo.
¾
¡es una bruja maldita! -soltó el muchacho.
¾
Ferrán, ¿Por qué has faltado si te han visto
en la escuela?
¾
A las canchas… solo quería estar solo un par de días, ¡ahora
esa bruja me hará estar con ella en los descansos!
¾
Ni modo, son la reglas.
La maestra Montse
entro a la biblioteca seguida de Ferrán; Maura se sintió algo rara al verlo en
clase. Él se sentó entre Claudio y Martí como siempre.
Todos estaban
tranquilos menos Maura, que al ver a Ferrán trataba de aparentar que tampoco le
pasaba nada.
¾
Hoy vamos a hablar sobre el conejo blanco,
Ferrán comienza por favor.
¾
Opino que busca aprobación porque la prisa
que tiene es solo con la intención de complacer a la reina, pues es su heraldo.
¾
¿Por qué tiene prisa? –pegunto la maestra.
Martí levanto la
mano.
¾
Pienso igual que Ferrán; el conejo tenía
prisa por llegar tarde al té, pero en realidad lo que quería era complacer a la
reina porque le tenía mucho miedo.
¾
¿Miedo a que?
¾
A su crueldad maestra.
¾
¡que buen análisis! Tómense un momento para
escribir algo acerca de algunos de estos temas.
Maura invito a Isa a
un rincón lleno de cojines en el que frecuentemente se refugiaban.
¾
Te gusta venir acá ¿no? -pegunto Isa.
¾
Sí, es que en mi casa no me puedo escribir
mucho.
¾
Por cierto, hoy ya vino Ferrán… ¿Cómo te
sientes?
¾
Mal, ¿lo viste?... no me pela.
¾
Tú y tus líos amorosos…
Martí no se motivó de
ese ligar que eligió desde el inicio de clase; tenía una habilidad para
dibujar, sus manos recorrían el papel llenándolo de líneas que iban dando vida
a un conejo blanco, que aunque no se alcanzaba a verse, por la expresión del
conejo se savia que era algo monstruoso, enorme y aterrador; él siempre
dibujaba, era su forma de expresarse y la maestra le permitía que en lugar de
escribir explicara sus dibujos, no le gustaba leer, en parte porque tenía un
problema de aprendizaje relacionado con la atención y la dislexia.
Poco a poco
recogieron sus cosas. Ferrán se acercó a Martí ya Claudio para invitarlos a las
canchas antes de la siguiente clase.
Las chicas tardaron más
en salir; isa tenía hambre y en el pasillo sacó una bolsa de papas de su
mochila, le ofreció a Maura, tomo un puñito y luego le ofreció a Irina que
andaba por ahí.
¾
No gracias no como esas cosas
Irina cerro de golpe
la libreta, para que nadie pudiera ver lo que escribió y sólo le respondió
¾
…si lo sabré –y se alegó.
Irina cruzo el patio
y caminó hasta donde estaban los muchachos; eligió un lugar en las gradas para
sentarse a verlos jugar, se recogió la falda hasta medio muslo para que el sol
le diera en las piernas; su mirada no se separaban del hombre que le gustaba:
observaba cada uno de sus movimientos como quien admira la magnificencia de la
creación. Los chicos se sintieron vistos. Ferrán y Claudio sólo lo notaron y
siguieron como si nada; Martí comenzó a tropezarse, a perder los balones.
¾
¿te choca que nos vea tu hermana? –pregunto
Claudio
Martí no contesto y
trato de girarse hacia otro lado para no
ver a Irina.
Afortunadamente hay
muchas veces que nos acompañan en el camino, personas con en las que podemos
hacer deporte o salir a fiestas y personas con las que podemos sentarnos en
silencio a leer y observar al mundo. Ferrán lo tenía muy claro, y en esos casos
en al que la cabeza le acumulaba ideas nuevas y le hacían un orden, buscaban a
don G. aunque fuera solo para llevarle la contraria a todo lo que el viejo le
decía.
Casualmente como
quien pasa por ahí, Ferrán fue a ver a don G; le contó con detalle cómo iba los
pormenores del viaje de fin de curso, también le conto de los problemas que
estaban enfrentando Isa y su abuela.
Don G lo escuchaba
mientras arreglaba su taxi que, de cierta forma representaba el otro lado de su
personalidad, pues siempre había algo que arreglar, ajustar y cambiar.
¾
Más tarde pasare a ver a doña Teo – dijo don
G -, a ver si hay algo que de momento pueda hacer por ella.
Una vez que don G se bañó
y se arregló, se fue a ver a doña Teo, llevaban ya algunos años de conocerse,
aunque eran casi de la misma edad, siempre se trataron de forma muy respetuosa,
guardando cierta distancia.
¾
¿Cómo ha estado de salud? ¿y su nieta?
¾
Pues ahí vamos don G. He andado mala, de las
articulaciones y los nervios, ya no estoy en edad de cargar con
responsabilidades.
¾
Ay no diga eso, doña Teo.
¾
Si lo digo.
¾
¿Y qué piensa hacer?
¾
Ya no sé… El otro día le tuve que pedir a Isa
que se ponga a y trabajar.
¾
No doña Teo no se me achicopale, a usted y a
mí aún nos quedan cosas por hacer, nomás que, ya no tenemos edad para andar
cargando responsabilidades.
¾
Ay don G, es usted una luz en mi camino, no
sabe cómo le agradezco sus palabras.
¾
Fíjese que el loco de Ferrán quiere organizar el festejo de la graduación
con un viaje a la playa; y como seguramente los papás no les iban a dar permiso
de irse solos, me ofrecí para acompañarlos, pero entonces pensé que
necesitábamos que nos acompañase alguien
de respeto y por eso me estoy atreviendo a pedírselo. Mire por el dinero para
usted y para Isa no se preocupe que yo tengo unos ahorros.
¾
¡Ay, Jesús, pero qué cosas dice usted!
¾
Ja, ja, ja, por eso le digo, doña Teo, no me
responda ahorita, piénselo y luego me dice, y nos quedamos en cuartos muy
distantes y todo, na valla a creer que yo no se me comportar como un caballero.
¾
Ay, don G, agradezco tanto su amistad… como
usted dice déjeme pensarlo y luego le digo.
El tic-tac del reloj
podría resultar enloquecedor después de un rato, pero al parecer Martí ya no lo
escuchaba. Con sus cúteres y gubias cortaba a la perfección pedazos de madera,
de cartón y plastilina; elaboraba formas de ángulos perfectos, las montaba
sobre otras, Ferrán lo miraba y seguía instrucciones armadas con frases
diminutas.
¾
Martí, queremos hacer un viaje a la playa.
¾
No es buena idea.
¾
¿Por qué no es buena idea?
¾
Así son las cosas, ¿para qué preguntas? ¿te
muestro mis nuevas fotografías?
¾
Si claro.
Se las mostró en la
computadora y mientras las iba
recorriendo, le hablaba de colores, de efectos de luz, de
superposiciones.
¾
Están padrísimas, realmente increíbles.
¾
Tengo algunas guardadas en una caja allá
arriba en mi cuarto… son mis favoritas, pero no es mala idea hacer un álbum.
¾
Deberías mostrarlas.
¾
¡Claro que no! Yo soy muy cuidadoso, no me
gusta andar compartiendo mis cosas, las comparto contigo porque eres mi amigo
pero nada más.
Luego cambiaron de
espacio: Ferrán creyó que se sentaría en la sala así tendría oportunidad de
insistir en el viaje, pero Martí se paró junto a un ventanal que daba a un
pequeño jardín.
¾
¿Qué hora de la tarde te gusta más?
¾
¿hora de la tarde?… No sé, nunca lo ha
pensado, ¿Por qué?
¾
Porque el tono de luz es distinto a cada
momento; a mí me gusta de las cinco de la tarde, tiene un tono dorado, pero ya
no es brillante como el sol de la mañana.
En eso, Irina pasó
por detrás, rumbo a la cocina.
¾
Hola, Ferrán… ¿ya acabaron?
¾
Hola, Ya terminaron; platicaba con tu
hermano… de un viaje que queremos hacer todos los grupos a la playa.
La reacción de Irina
fue extraña, casi se alegró, pero al buscar aprobación en la mirada de su
hermano, reprimió inmediatamente el júbilo y solo digo “muchas gracias”.
¾
Pero estaría muy padre, Claudio no conoce el
mar, Isa hace mucho que no va y seguro que Maura está de acuerdo además don G
nos acompañara.
¾
¿el taxista?-Pregunto Irina.
¾
A mí me cae bien- se apresuró a decir Martí.
¾
¡Muy sí! Don G es re buena gente- confirmo
Ferrán.
Maura invito a Isa a
salir a comer y pasear con sus papas, al principio no quería aceptar, no quería
dejar sola a su abuela, pero fue la misma doña Teo quien la convenció. Después
de un rato paseando por el centro comercial.
¾
¿Cómo sigues con lo de Ferrán?
¾
Pues triste, muy triste.
¾
¡sigues con eso!
¾
Pues el otro día que nos fuimos a la
cafeterita después del taller, ella se fue a ver a los muchachos y me contaron
que se subió la falda y se desabrocho no sé cuántos botones de la blusa.
¾
¡A poco!
¾
¾
Sí, es una fácil.
¾
Por cierto, la otra vez que platicaba con
Claudio y Ferrán me comentaron que se estaban organizando para irnos a la playa
como festejo de graduación.
¾
Escuche un rumos pero. Pero Ferrán no me ha
comentado nada.
La noche crecía, cada
uno sostenía un libro en la mano, solo Martí estaba leyendo. Irina miraba
fijamente, esperando a que levantara su mirada.
¾
Ye estoy
cansada mamá, me voy a dormir.
Irina abrió la puerta
del baño y de paso la llave del agua para que el ruido ocultase sus palabras.
¾
¡…Vamos a ese viaje!
¾
¿Cuál viaje?
¾
El que digo Ferrán, Martí. ¡vamos!
¾
¿Cómo crees? No nos van a dejar.
¾
…miente.
¾
¿Qué?
¾
Si...no se… hay que inventar algo para salir
de aquí.
¾
¿Te volviste loca?
¾
Martí, aquí siento que me ahogo y sé que tú
también.
¾
No, no sé, no, no… creo que no es buena idea.
¾
Sácanos de aquí por favor.
Y lo beso
cálidamente.
-Hijo,
tengo una buena noticia, le conseguí un trabajo a Isa
-¡ah,
que padre, má! ¿Es una empresa o qué?
-Bueno
no exactamente, mi amiga vende zapatos, bolsas y otras cosas.
Pero
yo no creo que Isa sepa bordar.
¾
¡no se trata de eso!... se trata de llenar
formatos de lo que ingresa y sale de mercancía.
¾
¡de pelos, má! Le va a dar muchísimo gusto…
¡gracias, eres chidísima!
Ferrán se despidió
con un abrazo que dijo más que sus palabras.
Maura desayunaba tranquilamente con sus padres
que hablaban de sus planes para el verano antes de llevarla a la escuela, ella
creció en una familia grande y siempre había querido formar la suya. Más de una
vez escucho a Valentina decir que Ferrán era encantador pero que le parecía un
poco irreverente y no apegado a las tradiciones.
Genaro, su papá, era un hombre alegre, con
amigos que sinceramente lo apreciaban y constantemente hablaba con si hija de
edificios, construcciones, ángulos y espacios, convencido de que ella lo
entendía y de que le gustaba lo mismo que a él. Esa tarde, Maura quiso
experimentar y hablar abiertamente de la persona en quien sentía que se estaba
convirtiendo, así que les confeso a sus padres que le gustaría ir encaminando
sus estudios hacia un área relacionada con
la literatura. Su madre, al escucharlo,
fue la primera en esbozar una sonrisa y volteo a ver a su marido con un gesto
que minimizaba el comentario de si hija y lo hacía pasar por una simpática
ocurrencia. Maura lo noto y quiso dejarles en claro que estaba siendo
seria. Ella sabía que esa mañana tras
esa charla, había abierto el resquicio de una puerta por la que quería pasar y
que aunque probablemente su decisión implicara algunos “estira y afloja” con
sus padres, había llegado el momento de tener sus propios planes, era tiempo de
dejar de quejarse y comenzar a crecer.
Faltaba un rato para la salida, el maestro de
mate no había asistido y la maestra Lucero, que cubría esa clase de faltas
tenía una junta, así que tenía un tiempo libre. A Isa le latía fuerte el
corazón, pero una sensación dentro de sí, parecía la convicción le avisaba que
había llegado el momento, no podía esperar más.
Isa se acercó a Martí, él estaba atento,
dispuesto; sentía como una novedad ese acercamiento con alguien del salón que
no era ni su hermana, Ferrán o Claudio, Isa era bonita tenía un rostro dulce
naturalmente rosado y el cabello castaño, casi rubio que combinaba
perfectamente con sus ojos color miel, aunque Martí la observaba no se permitía
pensar tanto en ella, no quería ser incorrecto. Al no encontrar a Martí,
Claudio y Ferrán armaron la reta con otro compañero pero no resulto lo mismo.
Al siguiente día, al terminar la clase,
salieron poco a poco, algunos hambrientos, otros aun comentando ideas para sus
tareas y otros atentos a sus propios asuntos pendientes.
Tras una tarde que pareció transcurrir en minutos Isa llego a su casa
exhausta aunque contenta, tal vez Doña Teo le había contagiado su visión un
tanto gastada del mundo y esa tarde Isa se encontró con una mirada adulta.
Hasta ese momento, Isa creía que a diferencia de sus amigos ella tenía mala
suerte y que nunca podría conseguir las comodidades que tenía la mayoría de
ellos
¿Qué les pareció el
capítulo de Alicia? donde ella y la reina de corazones se conoce, pregunto la
maestra Montse.
Es muy interesante
cuando la reina conoce a Alicia, esta se convierte en una especie de defensora
de las cartas asustadas. Al defenderlas la reina ordena, que a Alicia “le
corten la cabeza”.
Es muy interesante
saber que a la crítica se dice que en el fondo la reina tenía un gran sentido
del humor. Traten de recordar ¿Qué otra costumbre inglesa creen que critica el
autor?
El juego de criquet,
respondió Ferrán
Así es también nos
habla de que Carroll pensaba que mundo tenia reglas demasiado rígida y que en
realidad se pueden jugar con ellas.
Al terminar la clase
Maura se esperó para hablar con la maestra Montse.
Dime, Maura. ¿Usted
cree que tengo posibilidades de ser escritora?
Yo creo que
cualquiera al que le interese hacerlo tiene las posibilidades, alguien como tu
tiene las probabilidades ¿Por qué preguntas?
Por qué me gustaría
ir más a fondo en mis escritos, ciento que no soy tan buenos y quisiera
practicar más
Bueno voy a dar un
taller de verano, por si quieres venir y ¿Por qué sientes que no eres tan
buena?
Por qué solo escribo
cartas que me da pena compartir, de hecho tengo un diario.
¡Eso está muy bien!
La vida cotidiana es de lo más importante;
Lee a Anais nin, a
clarice lispector o virgina woolf.
Quizá te resulten tan
difíciles pero te puedo ayudar a leerlas. Gracias maestra, leeré sus
recomendaciones y asistiré a su taller
Con gusto Maura,
tienes talento solo te falta experiencia y confianza
Después de la reta de
básquet Martí se acercó a Ferrán y le entrego una hoja doblada que decía:
“Estuve pensando tu
propuesta para el traje de graduación, aunque no pueda ir porque tengo tareas
pendientes quiero que apoyes a mi hermana Irina para ir. Aun que te considero
mi amigo, no tengo por qué recordarte como son las reglas en mi familia. Si pudieras
conseguir que la maestra Montse los acompañe y le explique a mi padre para que
la dejen ir. Este permiso es un regalo que quiero darle quizás abusando de la
confianza en tu amistad”
Te agradezco de ante
mano tu incuestionable discreción
Martí
Ferrán estaba
sorprendido, quería correr y hacerle preguntas a Martí, pero recapacitado la
incuestionable decisión y cumplirla de lo que estaba pidiendo y guardo la carta
y salió corriendo
Tras una tarde que
pareció transcurrir en minutos. Isa llego a su casa exhausta pero contenta
llena de protagonista de su propio esfuerzo.
Talvez, sin quererlo
doña Teo le había contagiado su visión del mundo, Isa creía que a diferencia de
sus amigos elle tenia mala suerte y pensaba en que no le había todo una buena
vida.
Doña Teo la escucho
paciente mente aunque no comprendía lo que decía, ni siquiera acaba de tener si
aquel trabajo era lo suficiente conviene para Isa, pero so lo nota el
entusiasmo de la chica y eso la hizo sentir segura.
Isa soñaba que ella y
Martí estaban juntos era tan pequeña que martí la llevaba en el sombrero y
entonces él le decía “comienza desde el principio y luego continua así hasta el
final”
En el sueño Martí era
cálido, ingenuo. Un poco disparatado, pero iba guiado en ese mundo que las aves
bailaban
Esa noche, antes de
llegar a cas Ferrán fue a visita a su papa para ponerse al corriente con los
preparativos del viaje
Pasar del tiempo como
su padre le daba loa oportunidad de no pensar en nada
Mientras hablaban.
Ferrán pensaba que su padre y el gato de chesire tenían algunas cosas en común:
era una especie de sonrisa que aparecía y desaparecía solo para dar algún
consejo o poner un acertijo
Que le diera sentido
a los siguientes pasos: quizás a esto se explicaba la teoría de don G, que dice
“que uno puede estar en dos dimensiones diferentes al mismo tiempo sin que la
presencia sede de manera completa en ninguna de las dos”
A veces parecían
tener mucho sentido para Ferrán.
-Pues, ¿Cómo ve don G? ¡Está todo listo para el viaje!…
¿le gusto el paquete que consiguió mi papá?
-Sí, esta chidísimo, como diría Claudio, entonces, nos
encontramos en la parada del autobús. Llegando allá les tengo una sorpresa, no
son chelas ni nada de eso, es algo que les quiero regalar a todos porque los vi
crecer.
-Gracias don G, lo único malo es que no va Martí.
-uy pues bueno, no tenía contemplado eso.
Fue una de esas tardes en que uno se cansa de que nada
cambie y continué igual. A Claudio le gustaba Isa porque le parecía sencilla,
comprensiva, cálida y muy bonita, tomo la decisión de ir a buscarla cuando ella
saliera de su trabajo, sintió que solo se sentiría más seguro.
La espero con un ramo de flores… al verlo, Isa se sorprendió
y de inmediato comprendió el mensaje; se acercó sonriendo mientras pensaba en
una estrategia para rechazar su propuesta y no lastimar los sentimientos de
Claudio. Recordó esa frase que repetía su abuelita “el amor no se busca, se
encuentra”, pero no creía que debía aceptar todo lo que se pusiera frente a
ella. Además Martí había ganado su
corazón hace tiempo.
-Te acompaño a tu casa para que no te vayas sola, no te
vaya a comer el lobo feroz.
-Sí ¿verdad? Sería terrible, muchas gracias ¿y cómo te
ira de fin de año en la escuela?
-Bien, aprobé todas las materias y esta padrísimo que nos
vayamos a la playa, por cierto en el viaje tengo algo importante que decirte.
-¿De qué se trata?
-Ya verás… Isa la verdad es que soy torpe y no sé cómo
ayudarte o así, pero siempre que tengas algún problema y se te ocurra algo en
lo que te pueda ayudar llámame ¿sí?
Para Isa este último gesto le pareció tierno y honesto,
aunque le hubiera encantado que fuera Martí quien la recogiera a la salida del
trabajo, sin embargo, fue Claudio el que tuvo la iniciativa, misma que no
podría corresponder.
-Bueno ya llegamos, gracias por el regalo y por
acompañarme.
-Sale, espero que te hayan gustado las flores.
Y sin aguantar la tensión, Claudio se fue sin esperar a
que Isa abriera la puerta, sin intentar
darle un beso, pero seguro de que había dado un gran paso.
Un portazo abrió la puerta de la habitación de Martí, la
figura de su padre sosteniendo un papel se convirtió en lo único que existía en
la habitación. El chico no comprendía las palabras, solo sentía miedo. Ya había
visto esa actitud en su progenitor y sabía que acabaría en golpes que después
tendría que ocultar. Escucho algunos gritos de Irina diciendo “¡la carta,
Martí, tiene la carta!” y luego su madre se la llevo mientras lloraba desesperadamente
para permitirle a su marido actuar como lo juzgara conveniente.
Las ideas de Martí se conectaron con los gritos y
puñetazos que el hombre daba sobre los muebles mientras agitaba aquel papel…era
la carta que le había dado a Ferrán ¿Cómo la consiguió? Paso por la mente del
chico la traición de su amigo y la sensación de estar perdido.
-Estúpido mira lo que encontró la maestra Lucero en el
baño de la escuela ¿Te querías burlar de mí?
-No papá, pero yo…-Martí no sabía que contestar, se
sentía perdido y sin argumentos, solo se cubría la cara.
-Ahora dices “no papá”, primero muy macho para ser el
alcahuete de tu hermana.
El problema no fueron los golpes, los gritos o los
insultos. Martí llego al borde del abismo cuando su papá se acercó a la caja donde
guardaba sus fotos y comenzó a romperlas todas con la furia que guardaba por no
poder domesticar a su hijo. Tiro la cámara al piso y la golpeo con la silla
hasta romperla, para al fin llevarse la computadora y salir con otro portazo.
Martí lloraba mirando la desaprobación de lo que él era.
Para Isa las cosas cambiaban muy rápido: la visita de
Claudio la había desconcertado, luchaba consigo misma como si no tuviera derecho a equivocarse. Y aunque
Claudio en realidad no le gustaba, pensó
que al no aceptarlo existía la posibilidad de quedarse sola, Claudio la quería
y jamás la abandonaría, en cambio alguien como Martí, sería más fácil irse o
cambiarla. Isa quería a Martí aunque solo había tenido un contacto cercano con él,
luego pensó que no tenía derecho a utilizar a alguien para cubrir sus miedos.
Los más seguro era que él quería declarase en el viaje,
ella debía encontrar la fuerza y la forma para dejarle en claro que lo mejor sería
segur como amigos. Aturdida por sus pensamientos, abrió Alicia, el libro que
acababa junto con el curso escolar, sintió como si lo ocurrido en el libro le afectara directamente.
Entonces cerro el libro de golpe… se trataba de un libro; la angustia que
sentía debía ser exceso de cansancio, así que decidió dormir.
Irina rodeaba la cama sin comprender lo que veía, estaba
ausente de sí misma. Había entrado al cuarto de Martí a pesar del riesgo, el
contacto con su hermano la devolvía al mundo. Irina creció como víctima y con
la vergüenza de serlo disimulándola con arrogancia. A Martí no tenía que
explicarle nada podía ser quien era sin miedo al rechazo y Martí recibía lo
mismo; Irina había renunciado a satisfacer a sus padres, en cambio, Martí
necesitaba ser aceptado: lo intentaba sacando buenas notas, tratando de
convencer a sus padres que él era diferente pero no menos valioso.
Cuando Martí escribió la carta para Ferrán lo hizo
pensando en abrirle una puerta de escape a Irina, misma que él no cruzaría.
Pensaba que si se quedaba y esforzaba, su padre vería las cosas de manera
distinta. Nunca supo cómo llego la carta a la maestra Lucero; tampoco tuvo
tiempo de pensar que a Ferrán se le había caído.
Quería a Irina; admiraba su estrategia, fuerza y talento;
al ver como se desenvolvía en la escuela, Martí estaba seguro que ella podría
llegar lejos por sí misma.
No fueron la desconfianza que esa noche estallo en su
cara, ni los insultos o golpes mucho menos las palabras correctas que nunca
llegaron para convencer al hombre del que anhelaba su apoyo y protección, sino
sus fotos rotas las que le confirmaron que lo que necesitaba nunca pasaría.
La imagen que Irina contemplaba era alucinante, Martí
estaba en calma, en medio de su cama, los pedazos de sus fotos lo rodeaban.
Junto a su cuerpo el arma de papá y el silenciador. Al contemplarla una palabra
vino a su mente: Libertad.
Luego grito.
Antes de partir hacia Acapulco don G visito el tianguis
de antigüedades para comprar llaves que quería darles como regalo de graduación
a los chicos, busco entre el montón, iba sacando las que le parecían más
especiales que otras. Al llegar a su casa las puso a remojar en un cuenco de
cristal con hojas de albahaca, laurel y sándalo para curarlas de energías de
vidas pasadas.
Se quedó dormido pensando en que su juventud no fue
sencilla, hubiera querido encontrar una llave que le permitiera abrir las
puertas correctas.
Al amanecer y antes de partir, metió las llaves en una
caja de madera y las cubrió con tierra fértil
El viaje les pareció cansado, entre cantos, bromas y
preguntas recorrieron el camino; una vez en la playa la grandeza del mar lo
apaciguo todo, el agua iba y venía con una voz como un rugido
Primitivo.
Aunque los pies no se claven en la arena si uno no está
dispuesto a fluir la corriente lo arrastra. Su inmensidad marea, embriaga; el
temor y la pasión se encuentran al borde de las olas: unos se lanzan, otros se
quedan; es inevitable ampliar el campo de visión.
Al atardecer don G enterró las llaves en la arena, luego
los reunió a todos y les pidió que pensaran en el nombre de la llave que les
abriría su próxima puerta, con ese nombre buscaran su regalo, de este modo
encontrarían la llave que debía pertenecerles.
Cuando encontraron las llaves se reunieron alrededor de
una fogata, Maura quiso agradecer el regalo:
-Mi llave se llama Osadía, no se trata de hacer las cosas
pensando, que estén libres de riesgo, sino llevarlas a cabo a pesar del riesgo,
el miedo que a veces llamo prudencia no me deja llegar a donde yo quiero,
reconozco que Irina tiene talento, pero yo también, sé que la he juzgado
duramente, y que parte de convertirme en escritora tiene que ver con ser empática.
Siguió Isa, que tras unas semanas tristes trataba de recuperarse.
-Pienso que mi llave se llama Resiliencia, quiere decir
que tenemos la capacidad de recuperarnos, de resurgir cada vez que algo nos
quiebra. Aprovechando mí turno de hablar quiero pedirles algo: pocos tuvimos la
oportunidad de conocer las fotografías de Martí, ojala Ferrán las pudiera
conseguir y quizá, maestra Montse, nos pueda ayudar a hacer con ella una
exposición en la biblioteca.
-Me parece maravillosa idea Isa, los apoyare en ello.
Junto a Isa estaba Claudio, a quien su corazón le dijo que
no era momento de decirle a Isa lo que había planeado; la tristeza que sentía
hacia evidente la forma tan especial con la que quería a Martí. Claudio llevaba
dentro una sabiduría que en ese momento había descubierto, cuando supo que no
era momentos de bromas, sino de querer a Isa, de apoyarla, entonces tomo la
palabra:
-Creo que mi llave se llama Tiempo, dicen que hay que
darle tiempo al tiempo, aun no sé cómo ustedes, que me gustaría estudiar,
pienso que si espero un poco lo sabré, o quizá no, lo seguro es que llegare a
algún lado.
Ferrán le dio una palmada en la espalda, apreciaba su
naturalidad y franqueza, reconocía cuánta razón había en aquellas palabras,
supo que era su momento de hablar
-Mi llave es agradecimiento; aunque es imposible
complacer a todos quiero agradecer a cada persona que me encuentro por todo lo
que me da, lo que aprendo, lo que compartimos y lo que cada quien me pide.
Aunque no siempre pueda decirles “gracias”, ustedes me ayudan a ver mis propias
limitaciones, crecer y reconocer mis fortalezas.
Don G me encanta este detalle, nos ha ayudado a entender
y darle nombre a aquello que hoy sentimos.
-Que bonitas todas las cosas que dicen- comento doña Teo,
que no había tenido la oportunidad de conocer bien a los amigos de su nieta,
guardo un breve silencio –es tan triste lo que paso con Martí…
-Bueno, Irina esta de algún modo con nosotros- contesto
la maestra Montse- me envió una carta donde cuenta que ira a Londres para
estudiar. Agrego un poema que quiero compartirles.
Mi corazón
busca aquietarse
Busca un
lugar de reencuentro
Busca unir
sus partes
Quiero que tu
voz serena me acompañe
Como canto de
agua cristalina
Que no sabe
de reproches
Quiero
guardarte para siempre
En un lugar
apacible de mi alma
Como a un
tesoro oculto
Que te arrullen
mis latidos
Cuando
extrañes este mundo
Y quieras
recorrer los lugares
Para los que
te falto el valor
Que me ayude
tu recuerdo
Cuando tenga
miedo de extender las alas
Quiero que tu
voz y la mía
Encuentren un
lugar sereno
Donde
conversar para siempre más allá del tiempo.
Todos se sintieron conmovidos, las palabras de Irina
conservaban su fuerza a pesar de lo ocurrido y eso hablaba de quien era ella.
Isa rompió en llanto al recordar a Martí, Claudio el
abrazo con tranquilidad, Isa recibió el gesto como a la tibieza del calor del
sol que se guarda entre las rocas de la playa.
-Les mandare sus llaves, maestra, para que me haga favor
de hacérselas llegar- dijo don G- la de Irina y la de Martí.
Después rompieron el circulo para caminar libremente; don
G, doña Teo y la maestra fueron a mirar como cae la tarde; platicaban
satisfechos por haber complacido a los chicos con el viaje que , tras la
partida de Martí e Irina, tuviera un desenlace distinto del que imaginaron.
Claudio se animaba a caminar cerca de las olas; le
gustaba la tibieza del agua y la brillantez de la espuma que fosforece en la
noche; dejo que Isa caminara a su lado, la veía lanzar piedras al mar.
Ferrán se acercó a Maura:
-Hola, quiero agradecerte por el camino que recorrimos
juntos, siempre serás muy importante para mí.
-Tú también lo eres y serás para mí, sé que hemos
cambiado y no queremos las mismas cosas, a pesar de eso conservemos un buen
recuerdo de lo que hemos sido.
Maura le entrego a Ferrán una carta, él la iba a abrir cuando
ella detuvo su mano, entendió que sería mejor hacerlo después. Siguieron
caminando, contándose cosas que los hacían reír los enojaban, hablando de lo
que cada uno quería para su futuro.
Claudio se acercó a donde estaban los adultos.
-Maestra, quisiera saber cómo terminó el libro de Alicia en el país de las maravillas
-Yo te lo cuento- respondió don G- Alicia se escapa de la
reina y cuando se da cuenta a abierto los ojos, encuentra a su hermana y a su
gatita donde vio al conejo blanco; entonces su hermana le dice que nada de eso
pudo ser cierto
- ¿Y si? –pregunto el chico
-Pues no sé, tú y yo tenemos que leer el siguiente libro Alicia a través del espejo
-Pues veremos- contesto Claudio.
Entre todos siguieron contándose historias.
A veces cuando nos enamoramos encontramos la capacidad de
amar. Es tan bella y sorprendente que nos aferramos a ella e incluso le ponemos
nombre de persona, creemos que nuestro amor tiene dueño y que morirá sin este…
pero el amor, como las olas de mar, se retira por momentos y luego regresa, es
un ciclo que genera nuestra fuerza y da sentido a nuestros pasos.
Frente al mar el corazón late, lo imposible parece
posible, la fuerza surge y la vida se renueva. Para el mar la muerte es un
lugar distinto, la materia se transforma y el espíritu sigue vivo, lo sabemos
porque seguimos sintiendo a quienes amamos y se han ido, cuando se van, sus
palabras ideas y acciones tienen sentido y comienzan a abarcarlo todo, de esa
manera, cuando levantamos la vista, el futuro y el recuerdo conforman nuestro
horizonte.
La marea crece bajo la luz de la luna, llega a donde no
pudo o no quiso llegar durante el día. Cuando el agua de la noche se retira,
deja en la arena restos de lo que trajo: conchitas, algas, palabras, lágrimas,
alegrías, promesas, historias que con el nuevo día serán borradas
Critica
El libro titulado “La llave” ” nos habla sobre un tema
sumamente importante que es la vida de los adolescentes y las cuestiones por
las cuales se derivan tantos problemas en esta etapa, el texto resulta ser de
gran apoyo para las personas que están un tanto confundidas en cuanto a cómo guiar a los hijos, pero no solo eso, es
muestra de que hay alternativas y
respaldos que como adolescentes podemos considerar antes de tomar una decisión,
ya que este nos presenta la vida del adolescente desde la perspectiva del
mismo.
La aceptación ante la sociedad y más aún ante los padres es algo que inquieta a los chicos pues el elegir una profesión adecuada no es una tarea fácil, en este punto involucramos el machismo con la situación del padre de Martí ya que, él creía que su hija por el simple hecho de ser mujer no tenía valor alguno, así mismo se decepcionaba de Martí que no era exactamente lo que deseaba.
En la actualidad las oportunidades son iguales para ambas partes pero no descartamos el hecho de que muchos padres y a veces también madres aún siguen pensando de una manera antigua y machista.
Los jóvenes están en crecimiento físico y psicológico,
comienzan a descubrir nuevas cosas, en el recorrido de la vida, es
indispensable la compañía de alguien que te ayude a conocer el mundo y en quien
confíes, alguien incondicional, estos deberían de ser los padres,
desgraciadamente en algunas situaciones los adolescentes buscan refugio en
otras personas que no sabemos si serán buenos o malos los consejos que
recibirán de estas, pero ellos solo quieren ser escuchados.
Otro punto importante es la comunicación y la confianza
con los padres, ya que todas las situaciones que se nos presentan en este libro
son ocasionadas por las problemáticas que se viven en casa día a día por ello,
es que invito a los padres a leerlo, para que así puedan comprender a sus hijos
de manera que el joven se sienta en un ambiente amigable, pues es triste saber por cuantas situaciones pueden
llegar a pasar los jóvenes tan solo por la falta de amor, comprensión y
confianza, de igual manera hago la invitación a este último para que lo
analice, reflexione y a partir de ello pueda aclarar su mente, de esa forma
podrá sobrellevar las situaciones que se le presenten en la vida, a sabiendas
que aunque no lo parezca, siempre habrá alguien con quien contar.
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